Una gran cantidad de personas, lamentablemente se levantan cada día sin saber realmente el por qué hacen las cosas, y qué buscan con ellas. Ante esta falta de un propósito claro, son rehenes de la vida “automática” y sin alma.

Esta pregunta me gusta hacerla a mis clientes, nada más comenzar los procesos de coaching y liderazgo. Me parece imprescindible y elemental, que un profesional tenga claro lo qué persigue en el corto, mediano y largo plazo.

La gran mayoría suele reaccionar ante esta pregunta, con respuestas sin pasión (muy genérica), pero luego de unos segundos de silencio, finalmente caen en un: “uf no sé qué decirte.”

Considero que es vital saber cuál es la gasolina que te empuja, motiva y te lleva a levantarte con ganas, energía y pasión cada día de tu vida (independientemente que tenemos días mejores y peores), ya que si no lo sabes, seguramente muchos días actuarás desde la inercia, la desazón y el automatismo.

La persona que es atrapada por la perspectiva de “vivir de forma automática”; no resuena, hace las cosas sin pasión, no vive el momento, y su mente esta poblada de pensamientos negativos. Por lo cual, esto le lleva a vivir desde la queja constante en torno a todo lo que hace, y le sucede.

Lamentablemente la queja más común que suele escucharse en muchas personas, es la que esta relacionada al trabajo (actividad en la que se dedica el mayor tiempo a lo largo de la semana), y esto incluye: jefes, compañeros, clientes, proveedores, trayectos a recorrer, personal de mantenimiento, etc. Por esta razón, me gusta preguntarles a estos profesionales, para qué trabajan en dónde están. La gran mayoría te lo resume en “por el dinero.”

Bien, si es el dinero la razón por la que haces un trabajo que no te gusta, ya tienes un por qué que te impulsa cada mañana a levantarte, porque gracias a esa compensación económica cubres necesidades económicas.

Seguramente conseguir ese dinero te servirá para comer, pagar la vivienda, el colegio de tus hijos, vestirte, darte ciertos gustos...por lo cual tienes una razón de peso, haces ese trabajo porque te permite cubrir muchas necesidades.

Si haces un trabajo que no te gusta porque el dinero que recibes te permite satisfacer tus necesidades; esa será tu gasolina que te motiva levantarte cada mañana, pero te pregunto:

¿Esa gasolina es suficiente para sentirte útil, pleno y levantarte con ganas la mayoría de tus días?

Cuándo a una persona no le gusta su trabajo, o se siente incómodo en él, y su gasolina es por el dinero que obtiene a cambio para cubrir sus necesidades; tarde o temprano caerá en la queja, la desmotivación y su mente será absorbida por los pensamientos negativos.

Una persona secuestrada por la queja y la desazón; termina hundiéndose anímicamente, disfruta poco, no es consciente de lo bueno que hay a su alrededor, no vive el presente, se siente vacío, en definitiva su estado es al que llamo; “muerto en vida”.

La clave esta en tener una gasolina que te motive e impulse a levantarte cada día con energía, optimismo, alegría y ganas de vivir cada jornada.

Y esto no significa que no tengas obstáculos y problemas a sortear cada día, claro que los tendrás, pero la diferencia será que los afrontarás desde otra perspectiva, con ganas y la convicción de que los superarás y aprenderás de ello. Es muy importante tener una buena gasolina que te motive cada día a la hora de levantarte, porque esto te ayudará a recibir con ganas cada jornada.

Tener uno o varios motivos para levantarte cada día, es lo que te hará sentirte vivo, útil, inspirador para quienes te rodean y fuerte para seguir adelante frente a las adversidades.

Saber en ¿quién quieres convertirte? Tener un propósito de vida claro, es lo que te impulsará a levantarte cada día con ganas, motivación e ilusión.